Memoria



El verano pasado en Corrientes y Dorrego tuve un epifanía inducida.

La epifanía la encontré en al esquina, atrás de un árbol; entre gente que pasaba y pasaba.

Había una pila de cartas y fotos familiares. De otra familia. Todas rotas en pedazos grandes. Un fragmento de un retrato, las piernas de un grupo posando, pedazos de cartas, fragmento de postal de algún balneario. Jerusalem, Miramar, estrellas de david en algunos sobres: familia judía. Una pila grande de papeles, postales, fotos color, blanco y negro, alrededor de todo un árbol.

Lo primero que sentí fue una tremenda lástima ¿quién puede tirar así todas esas cosas?; después brotó una curiosidad entre literaria y morbosa por la historia (mucho cine, lo mío). Pasaba de desear juntar todo en una bolsa y tratar de reconstruir alguna historia; repito, mucho cine. A sentir que era un profanador de tumbas.

Me animé a juntar algunas fotos, con las cartas no pude. Quizá estaba cometiendo sacrilegio, estaba tan cerca del cementerio. Aunque es un cementerio católico.

Incluso, él último golpe fue ver que los sobres de las cartas, lo que quedaban de ellas, tenían recortado y quitado con cuidado las estampillas. Darme cuenta que guardó las estampillas, y no las cartas.

Fresas Frescas






























Vuelta de Obligado.
Realizado aplastando fresas silvestres recien cosechadas y barro del Paraná.
Ana Laura dijo: "ésto sí que es una pintura ecológica"